2.1 Definición
En Medicina se entiende por sedación la
administración de fármacos adecuados para disminuir el nivel de conciencia del
enfermo, con el objetivo de controlar algunos síntomas o de prepararlo para una
intervención diagnóstica o terapéutica que pueda ser estresante o dolorosa.
El Diccionario de la Lengua Española define así los
siguientes términos:
ü Sedar:
Apaciguar, sosegar, calmar.
ü Sedante:
Dícese del fármaco que disminuye la excitación nerviosa o produce sueño.
ü Sedativo,
va: Que tiene virtud de calmar o sosegar los dolores o la excitación nerviosa.
El “Diccionario Enciclopédica de Medicina
proporciona las siguientes definiciones (el original en catalán):
ü Sedación:
acción producida por los sedantes.
ü Sedantes:
sustancias que disminuyen la sensación de dolor, o más exactamente, la
excitación del sistema nervioso central. La acción sedante de muchos
medicamentos está relacionada con sus cualidades analgésicas, tranquilizantes e
hipnóticas, y el tipo de acción que se alcanza depende de la dosis
administrada.
2.2
Estudios clínicos
En 1990
Ventafridda et al: comunicaron que en el domicilio el 52% de los pacientes
precisaban ser sedados por síntomas insoportables. Un año después Ernk:
introdujo el término de Sedación Terminal.
Algunas cifras sobre la sedación terminal síntomas:
Dolor, Hemorragia, Náusea/vómitos. El meta análisis de estos estudios concluye:
ü La
sedación durante el periodo de agonía (sedación terminal) es requerida por una
cuarta o quinta parte de los pacientes.
ü Las
indicaciones más frecuentes son: delirium, disnea, dolor y distrés psicológico,
ü La
supervivencia en todos los trabajos es sistemáticamente breve.
ü El fármaco
usado con mayor frecuencia es el Midazolam.
2.3 Clasificación de la sedación
A/ Según el objetivo
·
Sedación primaria: es la disminución de la
conciencia de un paciente que se busca como finalidad de una intervención
terapéutica.
·
Sedación secundaria (en castellano: somnolencia):
es la disminución de la conciencia de un paciente como efecto colateral de un
fármaco administrado en el curso del tratamiento de un síntoma.
B/ Según la temporalidad
·
Sedación intermitente: es aquella que permite
periodos de alerta del paciente.
·
Sedación continua: es aquella que mantiene la
disminución del nivel de conciencia del paciente de forma permanente.
C/Según la intensidad
·
Sedación superficial: es aquella que permite la
comunicación del paciente con las personas que le atienden.
·
Sedación profunda: es aquella que mantiene al
paciente en estado de inconsciencia.
Sedación terminal: Es la administración de fármacos
sedantes pretende conseguir el manejo de diversos problemas clínicos (ansiedad,
disnea, insomnio, crisis de pánico, hemorragia, sedación previa a
procedimientos dolorosos, etc.).
2.4 Sedación terminal
Se
entiende por sedación terminal la administración deliberada de fármacos para
lograr el alivio, inalcanzable con otras medidas, de un sufrimiento físico y/o
psicológico, mediante la disminución suficientemente profunda y previsiblemente
irreversible de la conciencia en un paciente cuya muerte se prevé muy próxima y
con su consentimiento explícito, implícito o delegado. Se trata de una sedación
primaria y continua, que puede ser superficial o profunda.
·
Síntoma refractario: El término refractario puede
aplicarse a un síntoma cuando éste no puede ser adecuadamente controlado a
pesar de los intensos esfuerzos para hallar un tratamiento tolerable en un
plazo de tiempo razonable sin que comprometa la conciencia del paciente.
·
Síntoma difícil: El término difícil puede aplicarse
a un síntoma que para su adecuado control precisa de una intervención
terapéutica intensiva, más allá de los medios habituales, tanto desde el punto
de vista farmacológico, instrumental y/o psicológico.
La administración de fármacos sedantes no supone un
problema ético cuando se han prescrito bajo las indicaciones correctas y con el
consentimiento del paciente.
Sí suelen generar dudas, en cambio, aquellas
situaciones en que aparecen síntomas “refractarios” o resistentes a los
tratamientos habituales y en los que se ha de contemplar la sedación como única
posibilidad terapéutica.
2.5 Consideraciones éticas
Cuando un
paciente se halla en el tramo final de su vida, el objetivo prioritario no será
habitualmente la salvaguarda a ultranza de la misma sino la preservación de la
calidad de esa vida que todavía queda.
La falta
de comprensión de lo anterior ha llevado en ocasiones a la obstinación
terapéutica, con un gran sufrimiento del paciente y de su familia, y a un
razonable rechazo social que sin duda ha contribuido a crear el estado de
opinión propicio para que algunos soliciten la legalización de la eutanasia.
En el
paciente en situación de enfermedad avanzada y terminal es francamente
maleficente permitir el sufrimiento del enfermo por el miedo de que se pueda
adelantar la muerte al buscar el alivio de su sufrimiento. El principio de
doble efecto puede aplicarse en el caso de la sedación, entendiendo que el
efecto deseado es el alivio del sufrimiento y el efecto indeseado la privación
de la conciencia.
La responsabilidad moral del equipo sanitario recae
sobre el proceso de toma de decisiones que se adoptan para aliviar el
sufrimiento y no tanto sobre el resultado de su intervención en términos de
vida o muerte.
2.6 Condiciones del principio éticos de doble
efecto
1.
La acción debe ser buena o neutra.
2.
La intención del actor debe ser correcta (se busca
el efecto bueno).
3.
Existe una proporción o equilibrio entre los dos
efectos, el bueno y el malo.
4.
El efecto deseado y bueno no debe ser causado por
un efecto indeseado o negativo.
Desde el punto de vista ético y terapéutico, la
sedación paliativa o terminal es una maniobra terapéutica dirigida a aliviar el
sufrimiento del paciente y no el dolor, pena o aflicción de la familia o del
equipo sanitario.
La presencia de un intenso sufrimiento en la
familia requiere un mayor grado de dedicación por parte del equipo sanitario. Por
la intensidad y complejidad que ello suele conllevar, debería considerarse como
una indicación de ingreso del paciente en una unidad específica de Cuidados
Paliativos.
2.7 Actitudes éticas
Siempre
debe obtenerse el consentimiento para proceder a una sedación y, cuando sea
posible, éste debe ser explícito. En el único estudio que ha explorado esta
situación en nuestro país, el 45% de los pacientes pudieron participar en la
toma de decisiones respecto a la sedación. En cualquier caso, la realidad clínica
se impone ya que nos hallamos ante personas emocional depresión y físicamente
muy frágiles y una alta proporción en estos últimos periodos de vida.
Debe reconocerse que el consentimiento para la
sedación paliativa/terminal puede obtenerse de forma delegada o queda implícita
en los valores y deseos que habitualmente ha manifestado el paciente a la
familia o al equipo. Lo más importante, desde el punto de vista de las
garantías éticas, es que el equipo haya explorado estos valores y deseos
(primero con el paciente y/o con la familia) y que se hayan reflejado en la
historia clínica.
Desde el punto de vista ético, la mejor forma de
garantizar una buena toma de decisiones respecto a la sedación es que dicho
proceso contemple los pasos que se enumeran a continuación, los cuales deben
quedar reflejados por escrito en la historia clínica:
a)
Procedimientos diagnósticos y terapéuticos
utilizados que justifiquen la refractariedad del síntoma. En caso de que
algunos procedimientos no puedan o deban ser utilizados, ha de indicarse la
razón de ello.
b)
Obtención
del consentimiento. No se recomienda el uso de un documento específico, ni
hacer firmar al paciente o a la familia. El hecho de que se registre en la
historia clínica es requisito suficiente y necesario.
c)
Descripción, en la historia clínica, del proceso de
ajuste de la sedación, con valoración de parámetros de respuesta, tales como el
nivel de conciencia y ansiedad.
2.8
Hidratación durante la sedación
En
términos generales la hidratación y la nutrición al final de la vida
constituyen un motivo de debate y controversia en Cuidados Paliativos.
La
Asociación Europa publicó una serie de
recomendaciones de utilidad para abordar este punto, tal como se indica las recomendaciones de los factores claves es
el pronóstico de vida del paciente. Actualmente se disponen de diversos modelos
pronósticos que pueden ser útiles en la
clínica diaria, aunque el pronóstico es un arte inexacto y sólo puede ser
aproximativo. En síntesis, las recomendaciones a este respecto son:
a)
En el paciente en que se ha indicado sedación y que
no se halla en situación agónica, debe garantizarse la hidratación por vía
parenteral (endovenosa o subcutánea).
b)
En el paciente en que se ha indicado la sedación en
el contexto de la agonía, la hidratación parenteral es opcional. No obstante se
debe garantizar el aporte hídrico preciso para el control de algunos de los
síntomas que pueden aparecer en este periodo, como la sequedad de boca,
mediante la administración de pequeñas cantidades de líquido por vía oral.
Debe tenerse en cuenta que no hay evidencia de que
la sed y la boca seca en estos pacientes, estén relacionados con la
deshidratación.
En base a los conocimientos actuales, es
recomendable una aproximación individualizada según las circunstancias concretas
de los pacientes y los deseos de las familias
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